jueves, 15 de enero de 2015

QUE NO SOY DE BICI...


Que no, que no, que yo no soy de bici….

Eso le decía siempre a Dani y es que no me atraía nada lo de enfundarme un maillot que te hace parecer una “morcilla embutida”, ni el molesto casco, ni  para que hablar del sillín, caso de estudio a parte… Nunca entenderé porqué hay que subirse a un sillín tan estrecho y duro que no cabe ni medio culo de tamaño standard y que te deja la entrepierna dolorida para un mes (y eso que soy chica, que los chicos…). Entiendo que le llamen “sillín” porque no llega ni a la categoría de silla y mucho menos de sillón, debería llamarse “sin sillín”.

Pues esta era mi posición ante el controvertido mundo del ciclismo, cuando un precioso día de Reyes me encontré que mi generoso Gaspar me había dejado ¡UNA BICI!, ummm..., ¿una bici?, ¿seguro que es para mí?. Pues sí, era mi regalo de Reyes.

El caso es que cuando la vi detenidamente, empezó a gustarme un poquito más: bici de chica para subirte sin hacer acrobacias; cesta delantera para llevar mis cositas; colores vintage (esto se dice ahora mucho, y queda muy bien); y lo más importante, sillín razonable ¡bien!, del que cabe el culete enterito y además acolchado, que no se trata de sufrir.

Pues ya no había excusas, además debía dar ejemplo a mis niñas, Laura y María, que acaban de aprender a montar en sus bicis sin ruedines ya, y tienen que comprobar cómo su mamá, al igual que papá, no le tiene reparos a ir en bicicleta.

¡Qué cosas!, hacía como veinte años que no montaba en bici y el caso es que no se olvida, lo que sí había olvidado tristemente es la sensación de LIBERTAD y de FELICIDAD. Y ahí voy yo ahora, volando en mi superbici, con la melena al viento, la sonrisa puesta e inevitablemente, tarareando la canción de Verano Azul (sé que es un tópico, pero es una respuesta automática del cerebro de la gente de mi generación, la la, la la, larala….). 

Al pasar junto a una señora, se ha llevado un susto de muerte y hasta me ha regañado: ¡vaya con los niñatos y las bicis!, jajajaaa, de golpe  he rejuvenecido veinte años.

(Conclusión: necesito un timbre.)

5 comentarios:

  1. Muy bueno! Reivindico una plataforma pro sillines anchos! :D

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  2. Que azon llevas con lo de la acrobacias, jejejejejje, cada vez las hacen mas alta y con esa incomoda barra que al final quieras o no acaba impactando en zonas nobles jejejej. Genial

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  3. Me comprometo a regalarte el timbre de la bici siempre que no dejes de escribir.
    Bravo!!!
    Un beso.Juan M. Ramos Ontiv

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  4. Gracias por vuestros comentarios, el próximo viernes nuevos post y nuevo collage!!

    Besos.

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  5. Y no has comentado lo guapa que estás en tu bici, ...

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