martes, 22 de mayo de 2018

MADRE NIVEL "TOTAL PRO"


Para situarnos, y por esclarecer un poco el título, a mi entender existen varios niveles en esto de ser madre: 

Nivel 1: Mamma... 
Cuando tus hijos son bebés y sale de su boquita este sonido, se convierte en la palabra más bonita del mundo. Es una palabra mágica, sólo con pronunciarla tu bebé, te hace olvidar que llevas meses sin dormir bien y sin hacer otra cosas que vivir entre bibes y pañales.

Nivel 2:  ¡¡Mami!! 
Ya van creciendo  tus peques, y no paras de oir esta palabra, en serio.... ¡es que no paran!:  Mami, tengo hambre, Mami, tengo sueño, Mamiiiii pipi, pupa, caca, un bicho, un moco... cualquier cosa te la comunican con gran emoción e igual impaciencia.

Nivel 3: ¡Jo Mamá! 
Tus hijos te adoran (aquí es dónde me incluyo hoy por hoy...) y para ellos todavía eres su mamá todopoderosa y admirada, pero a cualquier cosa que les pidas, sugieras o propongas contestan con un Johooo... (hay casos peores en cuanto al dominio temprano de la palabrota, pero mis hijas por ahora están bastante contenidas, gracias al cielo). Básicamente en esta etapa, pasan de la máxima emoción a protestar/refunfuñar, sin previo aviso.

Me consta que hay algunos niveles más antes del Nivel máximo o Nivel "Total Pro", pero de éstos sólo podré opinar cuando me toque, claro. Del nivel catalogado como "Total Pro", puedo hablar a nivel usuaria o sea hija, eso si, porque lo soy desde que nací y me va muy, pero que muy bien. Y es que éste es el nivel: MADRE, todo en mayúsculas y sin resquicio de duda ni peros que valgan.

Conozco este Nivel ya os digo, como usuaria, porque mi MADRE está en él desde hace algún tiempo y desde luego es un título  bien merecido. Por supuesto, hay que pasar con éxito por todos los anteriores niveles, éxito que debe ser avalado presentando los regalos conservados del día de la madre (los mas raros y feos incluidos). Y desde luego, hay que cumplir unos duros requisitos para obtener este insigne nombramiento, como peinar alguna que otra cana, lucir con elegancia alguna que otra arruga y sobre todo, fingir que te encanta cocinar y abrir tu casa para toda la tropa que aparece en en fechas señaladas, porque ya se sabe: a nuestras Madres les encanta tenernos cerca...

El caso es que ésta reflexión sobre cómo va cambiando mi papel como madre, me vino un día viendo la tele (soy sincera, podía haber dicho mientras contemplaba la puesta de sol, pero como esto no es un anuncio de seguros...). Pues eso, que yo antes veía las series chorras de la típica familia americana con hijos, comedietas amables que te hacen olvidar otras cosas no tan amables... Y normalmente me identificaba con la niña protagonista, más tarde con la hermana mayor, y ahora que sigo viendo estas series con mis hijas... ¡Oh no!, ¡¡si ya me veo reflejada en la madre!!
Pues si, ahora ya no hay lugar a engaño, mi irremediable reflejo es el personaje secundario (o ni eso...) de la madre, que patéticamente intenta ser guay y hacerse amiga de sus hijos.

Y digo yo... ¡pues no me da la gana!, ahí esta mi imaginación todopoderosa y gratuita (al menos) que casi siempre puede mas que mi yo adulto, y se planta en jarras y me obliga (bueno, no me suelo resistir demasiado...) a ver todavía las series de Disney Channel y disfrutar  igual que lo hacen mis hijas. ¡Bravo por mí!

El caso es que cuando estás en mi Nivel 3 (¡Jo Mamá!), hay miles de cosas que haces por tus hijos y que no te apetecen en absoluto y desarrollas un plus de paciencia que nunca hubieras imaginado.
Sin embargo, acurrucarnos en el sofá por la noche, mientras vemos una de esas series de Disney (Jessie, Soy Luna, Entre hermanos, Campamento Kikiwaka, o la que toque...) no es para nada algo que haga contra mi voluntad, es más, sueño con que llegue el viernes, hacer unas pizzas y disfrutar de este bendito momento con mi familia, hasta quedarnos sopa y soñar con que se repita este ritual cuantas más veces mejor.

¡FELICIDADES A TODAS LAS MADRES!

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