- Odio rebañar la tapa del yogur, me siento obligada a hacerlo, pero lo hago deprisa y mal, porque me da coraje... No como esa gente que lo hace concienzudamente y luego dobla la tapa en varios pliegues perfectos, a ellos no les odio, pero que se anden con cuidadin... por si acaso.
- Odio profundamente encontrar un pelo en mi comida, aunque se demuestre que es mío, es más, puestos a elegir me atrevería a decir que me da menos asco encontrarme un bicho (de tamaño pequeño, diminuto claro…). Bueno no, bien pensado odio encontrar objetos que no sean comida en mi comida y punto.
- Odio que estando parados en un semáforo, se mueva un coche próximo al tuyo y tu crees que es tu coche el que se va hacia atrás. Lo odio, se me rebota el estómago y hasta me mareo como si estuviera en un columpio. Mira que me ha pasado veces, pero no puedo evitarlo...
- Odio las salas de espera...sin más.
- Odio cuando te dejan fuera de una conversación, y tu ahí intentando meter baza, pero nada, ¡ni caso oye!
- Odio cuando se te cae un vaso justo un segundo antes de sentarte a comer, y tener que recoger miles de cristalitos por todo el suelo y la comida ahí enfriándose. Aunque odio muchísimo más, si cabe, cuando lo que se te cae al suelo es un huevo... No digo más, lo habréis vivido seguro, arrggggg, ¡cagoentoooo!
- También odio esas noches de verano con el balcón abierto, tu deseando dormirte y los vecinos en la calle, de cháchara hasta altas horas de a la mañana y lo peor es que acabas enganchada a la conversación... Aunque odio muchísimo más que un vecino ronque tan, tan fuerte, que se oiga en mi cuarto, como si estuviera acostado entre mi pareja y yo (pero esto merece capítulo aparte, con muro aislante incluido, y trombón de por medio...).
- Odio a esos dueños de perros (no a los perros...) que te dicen "¡no hace nada!" mientras su perro te araña y babea los zapatos (no dejéis de leer "Sentido Común" de Daniel Ramos)
- Y por último (por ahora…) odio, aunque sólo levemente, a esas personas que para hablarte invaden tu espacio vital. Y mientras te hablan y hablan, tú vas dando pasitos hacia atrás, hasta que te chocas con la pared y quedas atrapada irremediablemente… Y no te cuento ya si el interlocutor-invasor lanza perdigones… ¡Ayyyyy!
Y para compensar esta lista chunga y protestona, ¡ahora viene lo bueno!
Esas pequeñas cosas que adoro:
- Adoro a la gente que huele bien, a limpio, a perfume, a champú... Los adoro, sólo por eso ya me caen bien, ganan puntos en el ranking. Cuando alguien así pasa por mi lado, me entra buen rollo y me alegra el día.
- Me encanta beber directamente del grifo con la mano, cuando llego muerta de sed, hasta llenarme tanto la barriga de agua que parece que voy a secar la cañería. Siempre me parece que el agua bebida así sabe más rica...
- Adoro esa sensación que a veces te invade cuando alguien está contándote
algo, da igual lo que sea, y de pronto te quedas como embobada escuchando, casi
como hipnotizada y ya ni entiendes lo que dice… Sólo quieres que siga con su
rollo y continuar con tu "éxtasis mental". Eso sí, tienes que asentir de vez
en cuando que si no, se te nota….
- Me fascina levantarme peinada, o con el pelo más o menos "decente", para que no me asuste al mirarme al espejo. Aunque en mi caso esto sucede una vez entre un millón, ya lo tengo asumido.
- Adoro a las personas que hacen fácil lo difícil… Si tienes cerca alguien así, cuídalo, mímalo, hazle la pelota, porque vale su peso en oro (lo sé porque tengo la suerte de tener cerca algunos de estos raros especímenes).
- Amo profundamente una cama bien hecha, y en eso coincido con mi madre y con mis hijas, no hay nada comparable con la sensación de unas sábanas limpitas, bien estiradas y perfectamente colocadas…, es como introducirte en una nubecita y no quieres ni moverte para que no se pierda la magia. Soy capaz de levantarme a mitad de la noche y rehacer la cama, sólo por disfrutar de esta sensación… ¿ a que sí, mamá?
- Y Por último, me encanta organizar “saraos varios” liar el follón padre y poder decir al final, citando al gran Hannibal Smith, del Equipo A: “…Me encanta que los planes salgan bien”.
Y tú... ¿qué pequeñas cosas odias/adoras?
Coincido con lo del coche, también se me rebota el estomago del susto! Jajaja y lo de la cama, mmmm no hay nada como acostarse con sabanas limpitas y estiradas y pijama limpio.
ResponderEliminarSiii, es raro lo del coche verdad? o será cosa de familia...? jaha
EliminarYo adoro cuando recibes un wassap que dice "como estás?". Y del que se esperea esa respuesta. Así, directo, sin que sea la introducción a algo, ni la frase hecha. Con sentido en sí mismo. Gracias!!
ResponderEliminarQué bonito! Pues sí, desde luego lo más adorable es lo que se hace desinteresadamente.
EliminarYo adoro cuando los bebes, en este caso el mio, te miran como si fueses lo mas grande de este mundo! Buahhh! Que sensación!
ResponderEliminarYaaaa, me derrito, aunque eso no son "pequeñas cosas..." eso sin duda es lo más grande del mundo!!
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